jueves, 8 de diciembre de 2016

AGUA PASADA

El alma helada de juventud
El corazón ardiendo de ignorancia
Así saliste a la vida
¿Recuerdas?
Te amaron; amaste
Te mintieron; mentiste
Te defraudaron; defraudaste
Te hirieron y…seguramente heriste
¿Recuerdas?
Noches de risas vacías
Días de llanto culpable
Así anduviste sin rumbo
¿Recuerdas?
Perdiste lo que querías
Te quitaron lo que amaste
Y en algún momento el derrumbe
Casi que lo deseaste
¿Recuerdas?
La vida te incendió el alma
El corazón… te lo heló
Así aprendiste a vivirla
¿Recuerdas?
No, ya no recuerdas
Porque ya no son recuerdos
Ahora eres tú mismo
Con lo pasado a la espalda
Y la ilusión cincelada por la mano de la vida
Y con la mirada puesta en que esto pronto acaba
No, ya no son recuerdos, ahora es agua pasada.

Se sintió poeta cuando escribió aquellos versos, pero nunca antes y mucho menos después, consiguió sacarle a su pluma poesía alguna. Quiso cantarle a la vida, pero la vida se le escapó. Quiso cantarle al amor, pero el amor había desaparecido de su equipaje. Quiso cantar a la esperanza en un último intento de recuperarla, pero ésta ya le había dicho adiós. Un adiós tan rotundo que le sonó a huesos rotos y, se preguntó:—¿de dónde salieron los versos? ¿quién me inspiró este lamento?
Solo se copió a sí mismo, por eso sangró su pluma y se secó su inspiración y aunque se atavió  de voluntad, pluma y papel y montó su campamento vigilante a que la inspiración le sorprendiese en la oscuridad de la noche, que es cuando las fieras atacan, la luz del nuevo día no le ofreció ni el mas mínimo vestigio de su aparición.
Y volvió a preguntarse -¿por qué  ya no soy capaz de atraer las palabras?- Porque nunca lo fuiste, creyó escuchar, porque nunca te oiste a ti mismo. Solo cuando te varaste en las arenas de tu nostalgia, incrédulo de tu vacío, te dignaste a escuchar el clamor de tu alma por el tiempo pasado y, con miedo al futuro, atracaste tu barca.  
Suelta amarras y deja que el viento te lleve. No esperes que el puerto venga a ti porque el puerto está inmóvil. Eres tu quien ha de llegar a él.
Surca las aguas y olvida el agua pasada y, mientras navegas, …o caminas,…o corres,…o descansas,…cántale a tu esfuerzo, a tu error, a tu deseo, a tu quimera, a tu sueño, a tu dolor, a tu alegría, a tu calor, a tu frio…cántale con tu voz, clara, rasgada, bronca, ¡qué mas da!, pero canta sin cesar y tu pluma vomitará poesía, porque poesía es la vida cantada con la garganta del alma.